lunes, 2 de agosto de 2010

La vida. Mi vida.

'Solo confió en su voz, solo le creo a esa única voz. Porque te ganaste el cielo y nos cubriste a los dos'

La vida, la gente.
Que viene, se va, te deja.. te abandona.
Te hace feliz, infeliz.. te deprime.
Pero a pesar de todo, aunque cueste demasiado, tratamos de seguir.
De remarla como fuese, porque si nos dejamos estar, no va a caer del cielo un ángel, el barbudo o quien fuese a levantarte.
En esta vida, hay que saber hacerse valer por si mismo. Que a pesar que muchas veces queremos tirar todo a la reverenda mierda, no podemos o simplemente sabemos que no es la solución.
Más sabiendo que sos responsable de alguien más.

Es lo que aprendí creciendo de golpe y porrazo, teniendo responsabilidades a mis cortos 11 años, de no tener una vida común de ser la típica nena de madre/padre/etc. Si no más bien, ser un pilar en la familia. De asumir responsabilidades, y tratar de cumplirlas como podía.
De solucionar problemas o situaciones mas allá de las pocas herramientas que tenia.
Mas allá de que apartir de los 11 años, mi vida cambio, y elegí ( porque al fin y al cabo lo elegí yo), de no hacerme problema por cosas tan pequeñas, tan minúsculas ( ojo aveces pasaba, pero tenia 11). Llegar a la adolescencia con otro tipo de mirada, con otro tipo de mentalidad a comparacion de quienes eran mis 'amigos/compañeros/vecinos' en ese tiempo.
Fui creciendo con una familia no-común. Porque en casa no había el típico padre, madre e hijos
En mi casa era Madre, hijos, abuelos. Y así y todos los problemas que teníamos, eramos felices.
Eramos unidos, eramos una familia.
Pero como dije, al crecer de golpe, también tiene sus heridas de golpe.
En el 2002 falleció la persona a la cual amaba con todo mi ser, que para mi era ese papá que nunca tuve ( y todavía no lo tengo). Ese ser tan cariñoso, divertido y que nos malcriaba a mi hermano y a mi. El abuelo, el abuelo Caceres.
Jure vengarme de aquel que me lo había sonsacando, que se lo había robado de mi vida. Acumule odio, rencor. Odie a Dios con todo mi ser, con mis once años lo culpe a él de sacármelo.
Pero con el tiempo, al crecer, al comprender un poquito más de la vida, entendí o quise creer que no era culpa de nadie. Que quizás, era su tiempo de partir de este mundo.
Dejo muy marcada a mi familia no-común la ida de mi abuelo; Pero con los años tratamos de encaminarnos un poco, y sigo tratando de encaminarme a mi.
De que a pesar de que él se fue hace casi 8 años, no me olvido de sus abrazos, de los juegos de manos al caminar, de que me enseño andar en bicicleta, de que me dejaba desarmar su auto a mi antojo, de que me quería y me lo demostraba siempre, porque desde que tengo razón el fue quien me cuido hasta el día que partió.
Pero yo lo sigo sintiendo acá, lo tengo siempre presente. Y se que me cuida o trata de que no me mande cagadas de desde donde este.

Pero juro, que en estos momentos, necesito de sus abrazos, de sus juegos de manos y que me calme como cuando era chica, que me abrace fuerte y me diga que todo va a estar bien.-