sábado, 15 de agosto de 2009

No sé si se acordaran, que cuando eramos más chicos. Pasando por la primaria, uno vivía maravillosamente tranquilo, sin más preocupación que esos dibujitos que te llevan a fantasear por ese mundo lleno de colores, de historias mágicas, de magos y hadas que traen solución a cualquier problema, y cuando uno va creciendo uno se da cuenta, deja atrás a esos magos y hadas que todo pueden lograr con un simple movimiento de varita. Y te ves rodeado de gente malhumorada, pesimista, triste que contagian tanto eso.
Pero uno se impone y los re manda a cagar y les dice que sean felices.
Quiero una varita. Me regalas una ?